Madrid no tiene una torre Eiffel, no tiene antiguas ruinas de foros romanos, ni un mar y su catedral es moderna, y justo al contrario de otras grandes capitales europeas goza de ser poco popular, desconocida y por tanto poco masificada por el turismo. Tal vez sea esa su gran baza, la tranquilidad de su vida urbana y un lado oculto de barrios repletos de tradición y modernidad donde una gran oferta cultural y una bulliciosa vida nocturna son entre otros sus grandes atractivos.

En Madrid encontrarás pequeños grandes monumentos como la Puerta de Alcalá o las Cibeles, plazas con encanto como la de Canalejas o llenas de vida como la de Santa Ana, palacetes románticos llenos de historia, inmensos parques como la Casa de Campo o el Retiro, un río por el que pasear en bici, grandes pinacotecas, un clima excelente, una interesante gastronomía y unos cuantos motivos más:

1. Malasaña

Tiendas de ropa vintage en Malasaña

Es la seña de identidad del Madrid alternativo y moderno, la herencia de la llamada movida madrileña de los 80 se respira aún en esta zona entre la céntrica Gran Vía y la calle Fuencarral. Tiendas de ropa vintage, locales nocturnos de moda, una variada oferta gastronómica y cafés eternamente habitados por la sociedad hipster se reunen en en este barrio.

2. La Gran Vía

Edificio España de la Gran Vía

Porque es el símbolo de la llegada de la modernidad a la capital, de los teatros, los cines y el glamour de principios del siglo XX, y porque aún hoy, cien años después conserva esa esencia y es capaz de trasladarnos a Broadway o a cualquier calle de Nueva York. La escenografía de neones y su ecléctica arquitectura hacen que parezca un gran decorado de cine que uno no se cansa de subir y bajar.

3. Un paseo por el Retiro

Parque del Retiro de Madrid

Desde la Gran Vía lo ideal es caminar hasta Cibeles y subir a la Puerta de Alcalá para entrar en El Retiro, un parque que es como un micromundo dentro de la ciudad. Su monumental lago artificial donde dar un paseo en barca, visitar el onírico Palacio de Cristal, ver sus centenarios árboles y frecuentar alguna de sus numerosas terrazas listas para acoger a visitantes y tertulianos es una aventura para repetir.

4. Ver las Meninas

Las Meninas de Velázquez

Volver al Prado es cada vez una experiencia nueva, es como volver a ver tu película favorita, y apreciar los detalles que se te escaparon la primera vez. Las Meninas es uno de sus cuadros más populares, donde las sirvientas de la infanta Margarita de Austria son las protagonistas del cuadro en el que Velázquez recrea con una atmósfera mágica el momento en el que los reyes visitan al pintor (que también aparece en el cuadro) mientras retrata a tan ilustre modelo. La penumbra, los bufones que bailan, mascotas, extraños espejos y puertas que se abren completan un lienzo que es capaz de enganchar a cualquiera.

5. Domingo de tapas y Rastro

Plaza de Cascorro en el Rastro

Porque no hay mejor plan para la mañana dominical que bajar la Ribera de Curtidores y perderse por las callejuelas de La Latina, visitando los numerosos anticuarios y puestos de este genuino mercadillo. Si lo completamos con unas deliciosas tapas y unas cervezas al sol el plan es perfecto.

6. Atardecer en el Templo de Debod

Templo de Debod al atardecer

Madrid no tiene mar, pero aún a pesar de su ausencia los atardeceres más mágicos de la capital suceden en el denominado Balcón de Rosales, entre la Plaza de España y el Parque del Oeste. Un templo egipcio del siglo II a.C. con el fondo de la Casa de Campo hace este momento un tanto surrealista, justo cuando el sol se esconde detrás de la sierra madrileña y la iluminación del antiguo edificio empieza a encenderse.

7. Comer un cocido, unos callos o un bocata de clamares

Mercado de San Miguel de Madrid

La Plaza Mayor y el barrio de los Austrias es el mejor entorno para volverse a entregar a los placeres gastronómicos más castizos. El cercano mercado de San Miguel es un clásico donde degustar el cocido madrileño, los callos o un bocata de calamares fritos y acabar con un buen licor de madroño.

Artículo escrito por Luis Cicerone, un especialista de marketing turístico y blogger de viajes que vive en Barcelona, España. Además de viajar, le gusta la fotografía, las películas en versión original y ver vídeos de gatos en Youtube. Puedes seguir sus aventuras en su blog de viajes www.xixerone.com